MURIÓ MANUEL VÁZQUEZ
MONTALBÁN
EDICIÓN HOMENAJE
1939-2003
Las
ciudades se aceptan porque abrigan, como las patrias o los
recuerdos...
(M.V.M.)
por Cecilia Suárez
"También
abrigan los amigos, Manolo", seguramente le hubiera contestado
Ricardo Sánchez Beiroa, miembro fundador del equipo de
Transdisciplina creativa, tempranamente desaparecido, que gozó de
la generosaamistad de Manuel Vázquez Montalbán, quien noblemente
recordó las amables conversaciones que mantuvieron desde los
tempranos años ochenta, en su libro La literatura en la construcción
de la ciudad democrática (1998):
"Tras treinta años de escritura no siempre
me reconozco en los trabajos críticos que se me dedican... Poco a
poco voy recibiendo ponencias y trabajos a mi obra dedicados y que
yo he ignorado durante años... Observo que se me mete y se me saca
de la postmodernidad según se considere esta industria del espíritu
un bien o un mal histórico, es decir, se me quiere salvar históricamente
y estoy muy agradecido por ello. El malogrado profesor argentino
Ricardo Sánchez Beiroa puso especial empeño en despostmodernizarme
y solíamos ironizar sobre la cuestión."
A
cuento de la utilidad de 'ironizar' para Vázquez Montalbán viene
la definición que consigna Georges
Tyras en el libro de conversaciones Geometrías de la memoria,
que está siendo distribuido por estos días:
“Considero que la ironía es una manera de conocer, un sistema de
conocimiento tan bueno como pueda ser la razón. Lo que ocurre
es que la ironía es cuestionadora, cuestiona el conocimiento. La
ironía encuentra su motivo de ser en tanto que declaración de la
impotencia de la razón...”
En
referencia a la novela El pianista (1985), Sánchez Beiroa señaló:
"Constituye una honda reflexión ética sobre el papel del
artista en la sociedad y una respuesta a la avanzada
postmoderna. Fiel a la tradición crítica, su autor pretende desde
la construcción y el sentido de su novela mantener vigente y
actualizada una corriente literaria ligada al concepto sartreano de
'compromiso'. (...) Manuel Vázquez Montalbán sintetiza su postura
en Historias de política ficción (1987): 'No oculto mi creencia,
tan evidenciada en El pianista, de que las promociones que
vivieron la guerra civil española alcanzaron una estatura polisémica
de imposible equivalencia en estos tiempos de supervivientes sin
esperanza'."
La
opinión de Vázquez Montalbán sobre la postmodernidad no puede ser
más elocuente:
“No asumo una postmodernidad ahistórica, y por eso planteo la
necesidad de re-historificar la postmodernidad, de recuperar la
voluntad de un cambio histórico, la posibilidad de un futuro que la
posmodernidad nos había negado. La posmodernidad, de hecho,
consagra la instalación en el presente, pero en un presente como
paralización” (...) “Considero que la democracia es
una de las cosas que hacen falta, y uno de mis objetivos, es cargar
de contenido, de un nuevo sentido, el sistema democrático”
Su
permanente reflexión crítica, rigurosa y seriamente traspasada por
'una ironía peremne como filtro de cuanto veía', ya no nos acompaña.
El
viernes 17 de octubre de 2003 nos dejó un poco más a la intemperie
en materia de pensamiento: murió Manuel Vázquez Montalbán.
Lo
hizo en su ley: volviendo de una gira por Indonesia, Nueva Zelandia
y Australia, mientras caminaba por el aeropuerto de Bangkok
(Tailandia) para realizar el trasbordo de un vuelo procedente de
Sidney con destino a Madrid, portando las galeradas y la portada de
su novela Milenio -de la serie Carvalho que llevaba al
detective al Afganistán de la ocupación y el Bali de los atentados
del 2002- que pensaba revisar durante el vuelo, se desplomó a causa
de un paro cardíaco que, como un rayo segó su vida a los 64 años,
y el mundo actual perdió un maestro de la literatura y un agudo
estudioso de las transformaciones políticas y sociales.
Una
vida, una obra
Español,
nacido en Barcelona en 1939, Manuel Vázquez Montalbán,
licenciado en filosofía y letras y periodismo, colaboró en
importantes publicaciones periódicas y publicó libros de
poemas, novelas y ensayos.
En
1971, con la novela Yo maté a Kennedy, creó al
singular detective Pepe Carvalho, al que hizo evolucionar
conforme los cambios sociales y políticos ocurridos en España
y el mundo. Maestro del género de la novela negra, Vázquez
Montalbán convirtió a Carvalho en protagonista de un ciclo que
alcanzó fama universal.
Así
a
pesar de ser un hombre con una formación humanística casi
renacentista, Vázquez Montalbán accedió a la popularidad por
su vertiente gastronómica y especialmente como autor de la
serie de novelas policíacas protagonizadas por el detective
Pepe Carvalho, a partir de Los mares del sur
(Premio Planeta 1979 y Prix International de Littérature Policière
1981, París).
Ha
obtenido también el Premio Nacional de Literatura y el Premio
Literario Europeo por Galindez en 1990, el Premio
Bunche de la Crítica de la República Federal de Alemania por El
balneario (1986), el Premio Ciudad de Barcelona por El
delantero centro fue asesinado al atardecer
(1988), y el Premio Recalmare por El pianista (1985) y Asesinato
en el Comité Central (1981). En 1992 se editó su Autobiografía
del general Franco por la que obtuvo en 1994 en Italia el
XXI Premio Internacional de Literatura Ennio Flaiano. En
Italia le concedieron el Premio Raymond Chandler, y en 1995
obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas por el
conjunto de su obra.
En
1997 fue galardonado con el Premio de Proyección Internacional
de la ciudad de Barcelona por su personaje Pepe Carvalho.
Recibió
además el Premio Internacional de Literatura Grinzane Cavour en
2000 por su trayectoria literaria.
Su
novela Galíndez fue llevada recientemente al cine
protagonizada por Harvey Keitel.
a
aznaridad, una suma de sus textos críticos sobre el
presidente del Gobierno español, verá la luz a mediados del
mes que viene.
Manuel
Vázquez Montalbán ya había entregado a la editorial el texto
de su novela Milenio -a la que estaba dando los últimos
toques- y que se encontraba a las puertas de las librerías.
El
resumen de su obra:
POESÍA
Una educación sentimental. 1967, El Bardo
Coplas a la muerte de mi tía Daniela. 1973, El Bardo
A la sombra de las muchachas sin flor. 1973, El Bardo
Praga. 1982, Lumen
Ciudad. 1997, Visor
Ars amandi. 1997, Bartleby editores
NOVELA Y CUENTO
Recordando a Dardé y otros relatos. 1969, Seix
Barral
Tres novelas ejemplares. 1983, Bruguera
El pianista. 1985, Mondadori
Los alegres muchachos de Atzavara. 1987, Seix Barral
Cuarteto. 1988, Mondadori
Galíndez. 1990, Planeta
Autobiografía del general Franco. 1992, Planeta
El estrangulador. 1994, Planeta
Reflexiones de Robinsón ante un bacalao. 1995, Lumen
O César o nada. 1998, Planeta
El señor de los bonsáis. 1999, Alfaguara
Erec y Enide. 2002, Areté
SERIE CARVALHO
Yo maté a Kennedy. 1972, Planeta
Tatuaje. 1974, Planeta
La soledad del mánager. 1977, Planeta
Los mares del Sur. 1979, Planeta
Asesinato en el Comité Central. 1981, Planeta
Los pájaros de Bangkok. 1983, Planeta
La rosa de Alejandría. 1984, Planeta
El balneario. 1986, Planeta
El delantero centro fue asesinado al atardecer. 1988, Planeta
El laberinto griego. 1991, Planeta
Sabotaje olímpico. 1993, Planeta
El hermano pequeño. 1994, Planeta
Roldán, ni vivo ni muerto. 1994, Planeta
El premio. 1996, Planeta
Quinteto de Buenos Aires. 1997, Planeta
El hombre de mi vida. 2000, Planeta
IODISMO Y ENSAYO
Informe sobre la información. 1963,Fontanella.
Crónica sentimental de España. 1971, Lumen
Historia y comunicación social. 1980, Bruguera
Mis almuerzos con gente inquietante. 1984, Planeta
Contra los gourmets. 1985, Difusora Internacional
Barcelonas. 1987, Empúries
Las recetas de Carvalho, 1989, Planeta
La literatura y la construcción de la ciudad democrática.
1992, Bancaja
Felípicas. 1994, Aguilar
Panfleto desde el planeta de los simios. 1995, Crítica
Les meves receptes de cuina catalana. 1995, Edicions 62
Un polaco en la corte del rey Juan Carlos. 1996, Alfaguara
El escriba sentado. 1997, Crítica
La literatura en la construcción de la ciudad democrática.
1998, Crítica
Y Dios entró en La Habana. 1998, Aguilar
Marcos: el señor de los espejos. 1999, Aguilar
Homenajes
de despedida
Los
restos mortales de Manuel Vázquez Montalbán, tras ser
recibidos de su traslado desde Bangkok por su esposa Anna Sallés,
su hijo Daniel Vázquez y el amigo de la familia Rafael Ribó
(diputado del ICV), descansan en Barcelona. Junto a la
pertenencias personales del autor, llegaron las galeradas
corregidas de Milenio, la última aventura de Pepe Carvalho.
Luego de una ceremonia de despedida de "caracter
estrictamente íntimo" con la presencia de su familia
y sus amigos en el cementerio de Collserola, sus restos
fueron incinerados conforme su deseo.
Luego
tuvo lugar un acto público de homenaje en el Paraninfo de la
Universidad de Barcelona, que contó con la participación de
escritores como José Saramago y Rosa Regás. También
estuvo presente su familia, encabezada por la viuda, Anna Sallés,
y el hijo del escritor, Daniel, acompañados por las autoridades
de la Universidad presididas por su rector, una numerosa
representación institucional encabezada por Jordi Pujol, y una
emocionada ciudadanía conmovida por la pérdida de una autor
tan querido. El acto se inició con la Chanson pour
l'Auvergnant, el emotivo canto de gratitud a la
solidaridad, compuesto y entonado por Georges Brassens.
Siguieron las emocionadas evocaciones del rector Joan Tugores,
de José Saramago y de Rosa Regàs , para que , tras las
palabras de Raimon: “Sabía que Manolo nos dio mucha vida con
su poesía y su prosa... pero nunca imaginé cuánta vida
nuestra se llevaría al morir”, que a continuación acompañado
por su guitarra interpretó la “Cançó de capvespre”
de Espriu, gritando su lamento:“Pero ara és la nit i he
quedat solitari a la casa dels morts que només jo recordo”...
, una cerrada y prolongada ovación con el Paraninfo completo de
pie pusiera fin a la despedida, que generó el emocionado
agradecimiento a los asistentes de Daniel Vázquez y Anna
Sallés.
Todas
las librerías, como sucede habitualmente en estos casos, han
puesto en sus escaparates de manera preferente la obra de Vázquez
Montalbán y la única librería especializada en el género
policíaco en Barcelona, la Librería Negra y Criminal, abre sus
puertas hasta medianoche para aquellos que quieran recordar a
Manolo "con un vino, un silencio y una sonrisa".
El
Colegio de Periodistas de Cataluña ha dispuesto un libro de
firmas para que sus compañeros de profesión puedan dar su último
recuerdo al que trabajó en medios como Triunfo, Por favor,
Hermano Lobo, Interviú, El Periódico y más recientemente
El País, donde publicaba una columna en la
contraportada y artículos sobre su pasión futbolística por el
FC Barcelona
Repercusiones
ante su desaparición
José
Saramago destacó "a veces pienso que se podría
comparar con la ambición de retratar un tiempo y una sociedad,
de abarcar un tiempo y un espacio, como la que era la intención
en Balzac", afirmando que cuatro
sentimientos marcaban la hora: “La admiración, la amistad, el
respeto y la tristeza por Vázquez Montalbán”. (...)
“Manolo ya no está. La muerte es esto: ayer estabas y ahora
ya no estás. Pero tenemos la suerte de ser herederos de su obra
y de su ejemplo.” (...) “Pero no será así, nos
queda esa herencia imborrable, y por ello se la dedicaré con
esta oración: ‘A Manolo Vázquez Montalbán, ¡vivo!’.”
Jorge Semprun declaró que Vázquez Montalbán
"constituía la memoria infalible del antifranquismo en un país
que llevó a cabo su transición a través de la amnesia y la
amnistia. Montalbán siempre ha estado en contra de la anmistía.
Él mantuvo viva la memoria que, hoy, reaparece masivamente, tanto
dentro de la literatura como dentro de la sociedad".
Eduardo Galeano: "Es sábado. Me despierto
muy tarde. Abro la ventana. Afuera no hay nadie. Bebo mis cafés,
uno detrás del otro, delante de la ventana. Nadie. No hay un
alma por la calle. ¿Se ha despoblado el mundo? Suena el teléfono.
Me lo dicen. Comprendo. El mundo está vacío, le falta
Manolo".
Juan Marsé: "Montalbán fue un cronista
infatigable de las miserias políticas de este país. En este
sentido era un ejemplo extraordinario". "No
es fácil enfocar una obra tan poliédrica, compleja y variada
como la suya. El periodista y el autor de ficcio´n se mezclan
constantemente. La serie de Pepe Carvalho es una buena muestra.
Yo esto se lo había discutido muchas veces porque la actualidad
en mi opinión acaba malogrando la ficción. Pero le respetaba
por su autenticidad. Tenía un concepto militante de la ficción,
como ejercicio de solidaridad y compromiso. A mí el Manolo que
más me ha interesado ha sido el cronista infatigable de las
miserias políticas en la columna de última página de El País.
Ha escrito auténticas piezas maestras, y yo valor más esta
faceta que la del creador de Carvalho. Pero lo más
impresionante de su personalidad ha sido la entrega y la
generosidad. Nunca ha tenido un no para nadie. "
(Juan Marsé, Agencias, 18 de octubre de 2003 )
Manuel Vincent: "Estaba
lleno de talento. Tal vez su problema era que le sobraba ese
talento. El genio de Vázquez Montalbán consistió en que unió
la cultura marxita y la cultura pop, extrayendo de esta síntesis
una concepción irónica de la realidad. Por ejemplo, unir a
Fogliatti con Lola Flores. Por lo demás, cada día nos están
bombardeando más cerca." (Manuel Vicent, Agencias, 18 de
octubre de 2003 )
Javier Marías: "Demostró que se podía ser
melancólicamente de izquierdas y fatalmente culé si, por ello,
dejar de ser lúcido" "Manuel Vázquez
Montalbán admitía su condición de barcelonista sin perder
nunca un tono reflexivo e irónicamente crítico que, aplicado
al fútbol, le permitió decir casi tantas cosas como en sus análisis
sobre el pujolismo o las metástasis de la izquierda. Con sorna
circunspecta, fue a la literatura deportiva barcelonesa lo que
Roberto Fontanarrosa, Eduardo Galeano u Osvaldo Soriano son a la
futbolfilia latinoamericana. Cargándose el tópico según el
cual el fútbol era el opio del pueblo, demostró que se podía
ser melancólicamente de izquierdas y fatalmente culé si, por
ello, dejar de ser lúcido. Los forofos más forofos no entendían
lo que escribía: les parecía esnob hablar del Barça como si
de una entelequia se tratase. Los intelectuales más elitistas,
en cambio, se preguntaban por qué demonios un poeta, novelista
y ensayista de su talla perdía el tiempo en algo tan vulgar."
"Empecinado en ser polivalente, interpretó el club
de un modo tan personal que acabó siendo referente colectivo.
Puso letra a sentimientos que apenas habían sido verbalizados y
fue el primero en afirmar que el fútbol era la religión de los
no creyentes, y el Barça, el brazo desarmado de una Cataluña
saqueada por la historia. Tuvo olfato para lo popular, cuando
popular no era un adjetivo secuestrado por la derecha. Su legado
no sólo está en sus artículos, ni en sus pulsos con Javier
Marías, contra el que nunca perdió. Está también en los que
aprendimos a leer con más libertad sobre algo tan fascinante
como este club o en los primeros artículos de su hijo Daniel,
el más brillante de sus alumnos. A partir de cierta edad, el
luto se convierte en una asquerosa mala costumbre. Abandonados a
las puertas de las peores galaxias, así tituló uno de sus
poemas, que, hoy, aparece la instantánea de un estado mental
amargo. Ya fuera en novelas como El delantero fue asesinado al
atardecer o en los cientos de guiños futbolísticos con los que
aliñó sus obras, no hizo sino perpetuar su memoria sentimental
y manosear cuentas de rosarios laicos con la ayuda de los cuales
se apelaba al acierto de Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón.
Su corazón tan azulgrana falló en un lugar exótico: el
aeropuerto de Bangkok. Me lo imagino paseando por la terminal,
mirando neones capitalistas, escaparates de lencería fina,
uniformes paramilitares, identificando soledades de managers en
busca de mercados y recorriendo los estantes de un quiosco
mutante, buscando en las portadas indicios de vida
barcelonista." (Extraído de "El teólogo laico"
, Javier Marías, El País, 19 de octubre de 2003 )
Francisco Umbral: "Manuel Vázquez
Montalbán fue el nuncio y el anuncio de la generación del os
60, un adelantado con sus filósofos franceses, su teoría
comunicacional, su marxismo de buenas maneras y su crónica múltiple
de la posguerra. El periódico, la prisa, la sorpresa, la falta
de sitio nos impiden hacer un esquema completo de este escritor
elitista y popular que vivió a pleno pulmón y ahora muere, tan
consagrado como distante, en el esquinazo de un fin de semana y
un aeropuerto ignorado. MVM no quiso agaritarse en ningún género
ni ser el pontífice de nada, par lo cual l o fue de cada cosa
que hacía. Cronista irónico y sentimental de los 40, como
hemos dicho, puso de moda política un tema que empezaba sólo a
apuntar biográficamente,. Manuel pasaba con absoluta
naturalidad del best seller político a la novela policíaca.
Habiendo leído la serie negra americana, sus novelas de
Carvalho están más cerca de Simenon y Maigret que de otra
cosa. El escritor catalán es ante todo la facilidad, y esta
facilidad le permite reinar cada día o cada año en un género
distinto, lo cual no supone frivolidad sino afán de escapar a
la monotonía de una urna intelectual consagratoria, quedando en
libertad para hacer lo que le da la gana en el ensayismo y la
gastronomía. La última vez que le vi me dijo que andaba
recosido con no sé cuántos bypass. Pero hablaba poco de sí
mismo. Perdida el aura y al virginidad de los 60, la juventud,
hoy madurez, y la juventud joven han seguido leyéndole en sus
novelas grandes y pequeñas, en sus artículos y en sus textos
políticos. Lo que para el lector es facilidad literaria para el
autor es la posibilidad de saltar de uno en otro por todos los
huertos, tan angostos en España, de la libertad de expresión
que MVM se inventaba para sí mismo donde no la había ni la
hubo ni la hay. Luego resta la perplejidad y el dolor que me
callo. "(Extraído de "Manuel y los 60",
Francisco Umbral, El Mundo, 19 de octubre de 2003 )
Joan
Manuel Serrat: "Tengo la sensación de haberme quedado
huérfano. Como cuando uno se queda sin una referencia esencial:
por afecto, por la confianza que depositaba en su pensamiento,
por su comportamiento a lo largo de toda la vida. Éramos amigos
y nos queríamos. Es de los autores que me ha escrito las cosas
más bellas y que más he agradecido, especialmente por su
franqueza. Recuerdo, por ejemplo, un libro que escribió sobre
la nova cançó que era muy completo. Y recuerdo mucho en este
sentido unos artículos que publicó en la revista Triunfo en
1971 que eran interesantísimos. Nos hermanaban muchísimas
cosas. Los dos éramos charnegos y de barrio. Nos hermanaba el
Barça, el buen jalo, el cine, la literatura. Nos gustaban cosas
muy similares. Y es que había toda una serie de coincidencias.
Pero por encima de todo creo que de él debe destacarse, en su
pensamiento y en sus textos, la claridad, la honestidad y su
posición nunca confusa. Por eso, su ausencia, hace sentirme tan
huérfano. (...) Su fallecimiento provocará un sentimiento muy
extendido de dolor porque era una persona de una enorme solidez
humana que se ha hecho querer por sus amigos y respetar por sus
enemigos. Yo le admiraba como escritor y como trabajador, puesto
que era muy prolífico, pero sobre todo como persona. El Manolo
nos ha puesto a todos el listón muy alto como ser humano.
" (Extraído de "Sentimiento de orfandad", Joan
Manuel Serrat, El Periódico, 19 de octubre de 2003)
Mario Vargas Llosa: "Me ha apenado mucho la muerte
de Manuel Vázquez Montalbán, una figura que ha marcado
profundamente la vida intelectual española desde los años
setenta. Justamente yo lo conocí al llegar a instalarme en
Barcelona en 1970. Era un personaje de una fecundidad
extraordinaria que utilizaba los resquicios literarios e
intelectuales que la dictadura no controlaba para hacer una
oposición múltiple, inteligente y además cargada de ese humor
corrosivo que fue una de sus características. Era un hombre de
una fecundidad extraordinaria que prácticamente abarcó todos
los géneros: desde la poesía al ensayo, pasando por la novela
y el artículo periodístico. Siempre polémico, fue también
muy coherente con lo que creía y defendió sus convicciones políticas,
que de más está decir que no son las mías, de una manera que
merecía siempre el respeto y la atención incluso de sus
adversarios. Por tora parte, su personalidad fértil y vital, su
curiosidad por todas las manifestaciones artísticas, ideológicas,
hacían de él un personaje fascinante y su ausencia va a dejar
un vacío muy profundo en la vida española." (Mario Vargas
Llosa, Agencias, 19 de octubre de 2003 )
Quinteto
de Buenos Aires
Hábil
observador, casi profeta como los grandes escritores,
Manolo Vázquez Montalbán
se refería así
a Buenos Aires,
a Argentina
en 1997.
Buenos
Aires es una hermosa ciudad que se autodestruye.
La
destrucción de su paisaje y de sus personajes era total. No se
reconocía en la ciudad.
Desaparecieron
las ciudades, aquellas ciudades llenas de gente que me
importaba. Muchos murieron y los supervivientes están muertos.
A
veces se hacen las cosas o se piensan, dirigidas a alguien que
no las ve, que no las sabe, que no las recibe. (...) Hace las
cosas con el referente del Alma, es ella o su silueta difuminada
la que recibe sus monólogos, la que está como un fantasma
invisible en la situaciones, para justificar lo que Carvalho
hace o dice.
...
este Buenos Aires con el imaginario destruido...
¿Me
escondo porque me persiguen o porque solamente puedo vivir
escondido?
La
Argentina no existe. La Argentina que vos y yo reconocíamos, la
que nos identificaba, ya no existe. Los supervivientes que
seguimos creyendo en los mismos ideales estamos todavía más
desaparecidos que los desaparecidos.
Yo
respeto a los que se esconden porque se olvidaron dónde está
Buenos Aires, Argentina, América, el mundo, y solamente
reconocen el rincón donde tuvieron, tienen y tendrán miedo.
-
Me escondo de la realidad. No quiero aceptar la realidad.
- Exiliado.
-
Nunca registraron la realidad.
- ¿Vos sí?
- La registro pero no me interesa, no puedo destruirla, me
autodestruyo.
Usted
nunca se irá de Buenos Aires, aunque se vaya.
El
bandoneón es un reflector dolorido de enviar ráfagas sobre el
campo de la derrota.
Como
un reloj de arenas movedizas
te hundirá en las esquinas del deseo,
extranjero en la ciudad de todos los exilios
empezará tu ausencia comunión de sueños,
decepción que ni siquiera existe
vagante por la ciudad de las certezas inútiles
que no conducen a orígenes ni límites.
Mas si desciendes a la ciudad rendida
si desciendes
si desciendes no reconocerás sombra alguna,
ni ésta es tu casa aunque tu casa fuera
una aproximada maqueta de esta ruina,
la maltratada tumba de tu olvido.
Recuerda la nada y el paisaje,
tus cuatro horizontes protegidos:
no se debe, no se sabe, no se puede, no se vuelve.
Manuel
Vázquez Montalbán
El
legado de M.V.M. para Ricardo, Zule, Ceci, Ale,
Chacho...
“...los
inseparables de la Universidad... Yo creo que de
alguna manera siempre dependeremos los unos de los
otros para conservar la identidad. Cada uno de ellos
tiene una parte de mi identidad y yo la de los otros.
(Cada muerto se lleva una parte de nuestra imagen) Es
como un puzzle.
Podemos vivir años y años separados y luego
retomamos la situación donde la dejamos. No del todo,
claro. Pero sí en función del pasado.
Una vez más lamentaba su mala educación sentimental
basada en la aspiración de absoluto.”
(de La
soledad del manager)
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