Tomar
la palabra - Año I - Número 25
Mi
opinión sobre la adopción, por
María Adela Mondelli
Los
artículos que estamos publicando sobre La adopción, cuyo autor es
el Lic. Mario Coppolillo, motivaron a una amiga de transdisciplina
creativa a enviarnos su aporte sobre el tema. Se trata de María Adela
Mondelli, la creadora del Boletín "Vivir Mejor" : http://cablemodem.fibertel.com.ar/vivirmejor/,
quien, tomando algunos párrafos de Coppolillo, nos dice:
Quería
comentar algo de lo que viene escribiendo Coppolillo con relación al
tema adopción... Extracto un párrafo que me da oportunidad de decir
algunas cosas que vengo pensando con esta serie de notas.
Para
que haya padres adoptantes es necesario que haya padres abandonantes, el
abandono es el fundamento de la adopción, el adoptante necesita de un
otro para realizar su deseo de tener un hijo, el deseo imposible de un
hijo propio se sustituye por el deseo de tener uno ajeno. Lo que no
pudimos tener, lo tenemos (adoptantes), lo que se pudo tener, no se tuvo
(abandonantes).La pareja infértil se enfrenta con la opción de
renunciar a la descendencia o decidirse por la institución adoptiva. La
gran mayoría de parejas que eligen adoptar lo hacen movidos
por una imposibilidad biológica, su infertilidad y es aquí donde hay
que prestar una cuidadosa atención, es muy importante considerar las
consecuencias emocionales que se han instalado en la vida de la pareja.
Es éste el motivo por el que hoy se sugiere una cuidadosa preparación
previa al emplazamiento del hijo adoptivo.
La maternidad y la
paternidad son funciones sociales ¿un trabajo?... si ... desde el
momento en que lo biológico es un accidente en este sujeto de la
cultura, asumo que no tengo que extender más en el particular, pero
podríamos retomarlo.
Cuando hablamos de función
social, estamos hablando de un obligación que está en manos de
otro ente (el estado) y que a través de una forma jurídica -la patria
potestad- transfiere a algunos ciudadanos la operatividad de derechos y
obligaciones que no dejan de estar bajo su exclusiva órbita. De hecho
el estado tiene poder de policía sobre la patria potestad a
través de sus instituciones. Los Derechos del Niño, en su condición
de derechos humanos, tiene solamente al estado como
Entonces : Para
que haya padres adoptantes es necesario que haya padres abandonantes, el
abandono es el fundamento de la adopción
El
abandono sobre el que avanza el instituto de la adopción, es el
abandono estatal hacia sus ciudadanos (los niños en este caso). De
hecho los países más desarrollados, con un estado presente, deben
hoy acudir a la adopción internacional en países cuyos estados están
ausentes en este tema. En el año 2002 hubo en toda España (no hablo de
suiza :-) 3000 niños en condiciones de adoptabilidad.
Por otro lado tenemos allí
también la cuestión del deseo... del deseo de maternar y/o paternar
que queda reflejado en esta frase :
lo que se
pudo tener, no se tuvo (abandonantes). Acá
hay una clave. Lo que se "puede haber tenido", no se sos-tuvo.
Si no se sos-tuvo, no hubo "abandono", porque no hubo sostén
previo.
Creo que para pensar el
instituto de la adopción, para pensar a los padres por adopción y
para pensar al niño que llega a ahijarse por esa vía, es importante
comenzar por pensar a los menos pensados en todo este tema, cuanto son
el hombre y la mujer que parieron a esos niños.
La pareja infértil
se enfrenta con la opción de renunciar a la descendencia o decidirse
por la institución adoptiva. Renunciar a
la maternidad biológica es el primer paso, implica comprender un
proceso complejo por el cual se llega a la función materna y la paterna
en donde "lo biológico" como "continuidad corporal"
en algún momento más pronto que tarde, debe caer para darle un lugar a
ese niño. Un proceso que se da siempre, que debiera darse al menos, por
el cual el hijo SIEMPRE es adoptado en virtud -entre otras cosas- de lo
que explicaba antes del "abandono"... un "abandono"
que es originario y mítico en la especie humana, y del que la figura de la
patria potestad le da cauce en lo social.
Será por esta vía,
entonces, donde el hijo por adopción no llegue "como
si" fuera propio, sino que será propio hijo por la vía
de la adopción...
La gran mayoría de
parejas que eligen adoptar lo hacen movidos por una
imposibilidad biológica, su infertilidad y es aquí donde hay que
prestar una cuidadosa atención. EL
TEMA es quienes y bajo qué influencias y pensamientos prestan esa
"cuidadosa atención", y "cuidadosa" desde qué
lugar ...
Las personas que acompañan
y administran justicia en la profunda creencia de que allí hay
abandonantes y deseosos y ellos tienen en la mano el "preciado
bien", están tercerizando algo (el destino de esa vida, nada
menos) de lo que aparecen como ajenos, son la clave de un proceso
que advendrá en la posición subjetiva de adoptantes y adoptivos,
en el momento de la adopción y a futuro.
Entiendo que este es un
tema en el que ni el discurso médico de la infertilidad, ni el jurídico
del tema, ni mucho del psicológico, ayudan a una comprensión que si
uno se fija bien y se detiene a conocerlas sí se puede colegir -sobre
todo la mujer o alguna mujer- de quien entrega a su hijo en adopción :
el hijo propio como destinado a circular, a poder ser donado, acogido. Y
esto tiene relación con una "convicción de clase" diría :
el hijo se puede dar a otro, puede comer en lo de los vecinos, puede ser
criado por la abuela, paternado por un tío; no es propiedad, pero eso
no signfica no ahijarlo, dejarlo caer. Es otra concepción de la
parentalidad.... Claro está, siempre que no haya habido efectivo
abandono : dejar al niño en situación de poder morir, sin asistencia
ni nadie que se responsabilizara, un bebe en un baldío por ejemplo.
Entiendo que una idea que
se aproximara a estos planteos desculpabiliza, desmitifica (sin
reprobación pero menos aún idealización) y sobre todo
limpia el proceso para quien entrega a un niño; pero principalmente
facilita la acogida a quien lo recibe : el hijo no llega de un
proceso oscuro de "abandono", no es alguien dejado caer por
otro, no es un deshecho de otro que "se necesita" para reparar
la falta. El hijo -como siempre en la vida- es una donación. En ese
movimiento más diáfano, el beneficiado es el niño...
Todo el sistema de adopción
hoy atenta contra lo diáfano que podría ser el proceso, aceptando su
misma complejidad.
Finalmente,
le
enviamos un cordial saludo a María Adela, así como nuestro
agradecimiento y la esperanza de que continúe con este intercambio
enriquecedor, al
tiempo que invitamos a otros lectores, que así lo deseen, a imitarla.
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