Existen aspectos dentro del
desarrollo personal que pueden moldearse de manera indeseable por
la influencia de algunos componentes de la cultura en que vivimos,
y muy a pesar nuestro. El exitismo es uno de tales componentes.
Los "memes" del exitismo están instalados desde el
principio de la historia.
(Simplificando un poco, un meme sería el equivalente en la
cultura a lo que significa un gen para la biología)
Todos conocemos al dicho "la historia la escriben los
vencedores", y no es difícil hallar asociación entre
"vencer" y "éxito". A nivel individual esto
se traduce en "Tal" es un "ganador",
"Fulano" es un "perdedor". Y pareciera que ya
está todo dicho. En los peores casos, se pasa a considerar a los
"ganadores" como "mejores".
Pero, si somos justos y objetivos, muchísimas veces percibimos
que el éxito es independiente de la calidad o grado de evolución.
Lamentablemente, algunos de los "clásicos" de nuestra
cultura y civilización podrían ser "perdedores" en el
sentido contemporáneo del término. De hecho, la psicología
actual puede explicar estos casos como "de bajo
cociente" en inteligencia emocional.
El valor innegable para la cultura de un individuo como Van Gogh
se podría contraponer a su torturada existencia, torpeza
emocional y evidente condición de "perdedor", en el
sentido contemporáneo. Pero, por otra parte, también admiramos a
Picasso. Él, al contrario de Van Gogh, ha sido un triunfador.
"Pinto dos o tres mierdas y compro una casa" - en sus
propias palabras - seguramente no nos parece una declaración que
ejemplifique a un genio en inteligencia emocional. Alrededor de
este genio "ganador" del arte, tal como seguramente
ocurrió alrededor de un genio "perdedor" como Van Gogh,
se ha sembrando dolor en el alma de los allegados.
Entonces, si alguno de estos modelos influyera en nuestra formación
¿Cómo salvamos las contradicciones en la inconsciencia? Para
colmo, nuestra zona ciega es justo la del equilibrio.
Deberíamos estar muy alertas ante las dos tendencias "meméticas".
No deberíamos tender a justificar el fracaso ni tampoco deberíamos
exaltar al éxito así sin más. La estrategia expuesta de los
verdaderamente grandes es el esfuerzo continuo por ser mejores en
todo sentido antes que en ser meramente ganadores o triunfadores.
Está la posibilidad de elejir
modelos integrales - de los que no hay tantos como quisiéramos -
que conjuguen buen desempeño en el Hacer y en el Ser. Y, ante la
dificultad de hallar un modelo integral, también podemos aceptar
modelos diferentes para cada aspecto. Sin embargo, el mejor camino
parece ser la lucidez aplicada, en el deseo y la acción, para
obtener el mayor bien y de la manera más amplia que esté a
nuestro alcance. La amplitud es el plus que intenta incorporar a
los demás seres. Bromeando un poco, podría decirse que se trata
de un ejercicio de concentración en el objetivo deseado y con
mucho valor agregado.
En síntesis, todos queremos ganar pero la grandeza individual
estará en cuidar las formas siempre. Aportamos mucho más a la
vida si consideramos y deseamos alcanzar cierta
"elegancia" ética. Caso contrario, alguien podría
suponer que está bien imitar a las cucarachas sólo porque son
exitosas.
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