Ya
ha adquirido dimensiones epidémicas. Se calcula
que sólo en Europa causa 40 millones de víctimas
y cuesta 20 millones de euros al año. Cómo
identificar una situación de "mobbing"
o acoso psicológico en el ámbito laboral.
María Copani y
Laura Haimovichi. DE LA REDACCION DE CLARIN.
La
violencia psicológica en el trabajo, en forma de
acoso sistemático, tiene un nombre: mobbing.
Y es una enfermedad.
El
abuso de poder, el maltrato, las presiones psicológicas
son las causas de este problema que, sólo en
Europa, causa 40 millones de víctimas y cuesta 20
millones de euros cada año.
El
alerta frente al mobbing lo lanzó recientemente Pat
Cox, el presidente del Parlamento europeo, en
Estrasburgo, después de analizar un informe de la
Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el
Trabajo.
Cómo
lo sufre el trabajador. Los efectos de la
dolencia —orgánicos y físicos— van desde una
simple cefalea hasta taquicardia, gastritis, dolores
articulares, ansiedad, bulimia, anorexia, adicción
a las drogas y alcoholismo.
Consecuencias
para la empresa. Según los expertos, el
rendimiento de un empleado que padece mobbing es un
70% menor en términos de productividad y su costo
para el empleador, un 180% mayor.
El
fenómeno comenzó a ser estudiado a principios de
los 80 en Suecia por el psicólogo alemán Heinz
Leymann, fallecido en 1999. Lo definió con una
frase devastadora en su libro Mobbing. La
persecución en el trabajo, publicado en 1996:
"En las sociedades de nuestro mundo occidental
altamente industrializado, el lugar de trabajo
constituye el último campo de batalla en el que una
persona puede matar a otra sin ningún riesgo de
llegar a ser procesado ante un tribunal". Otros
lo consideran una "lenta y silenciosa
alternativa al despido".
Según
Heinz Leymann, es "una situación en la que una
persona o un grupo de personas ejercen una violencia
psicológica extrema de forma sistemática (al menos
una vez por semana) durante un tiempo prolongado (más
de 6 meses) sobre otra persona en el lugar de
trabajo".
El
fenómeno tiene sus variantes: se produce tanto
entre empleados del mismo nivel jerárquico como del
más débil al más poderoso o del más poderoso al
más débil. Aunque esta última condición es la
que naturalmente predomina.
¿Cómo
se manifiesta?. La
víctima elegida suele sufrir actitudes contra su
dignidad o su reputación, tales como comentarios
injuriosos o humillaciones públicas.
Leynmann
acuñó una lista de nada menos que 45 señales de
peligro para identificar una situación de mobbing.
He aquí las principales:
- El
jefe o acosador no permite a la víctima la
posibilidad de comunicarse.
- Se
interrumpe continuamente a la víctima cuando
habla.
- Los
compañeros le impiden expresarse.
- Recibe
gritos, amenazas e injurias.
- Se
lo ataca verbalmente, criticando su trabajo e
incluso su vida privada.
- Se
le niega el contacto, mediante gestos de
rechazo, desdén o menosprecio.
- Se
ignora su presencia, por ejemplo dirigiéndose
exclusivamente a terceros (como si no lo vieran
o no existiera).
- Se
le asigna un puesto de trabajo que lo aísla de
sus compañeros.
- Se
prohíbe a sus compañeros hablar con él.
- Se
difunden rumores orquestados por el acosador.
- Se
ridiculiza a la víctima.
- Se
atribuye a la víctima una enfermedad mental.
- Se
intenta forzar un examen o diagnóstico psiquiátrico.
- Se
atacan sus creencias políticas o religiosas.
- Se
hace burla de sus orígenes o de su
nacionalidad.
- Se
monitorea, anota, registra y consigna
inequitativamente el trabajo de la víctima en términos
malintencionados.
- Se
cuestionan permanentemente sus decisiones.
- No
se le asigna ningún trabajo.
- Se
le asignan tareas humillantes, inútiles o
absurdas.
- Se
le asignan tareas inferiores o superiores a su
capacidad o competencia profesional.
- Se
le asignan sin cesar tareas nuevas.
- Se
lo obliga a realizar trabajos peligrosos o
especialmente nocivos para la salud.
- Se
agrede físicamente a la víctima, pero sin
gravedad, a título de advertencia.
- Se
agrede sexualmente a la víctima.
Según
el doctor Mario Sábato, psiquiatra y psicoanalista,
miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina,
"el individuo que sufre de mobbing está
alienado, pierde su individualidad, se
despersonaliza y se convierte en un engranaje más
del sistema corporativo".
El
doctor Sábato señala además que muchas áreas de
Salud y Recursos Humanos de las organizaciones
laborales desconocen o le dan la espalda al problema
"porque están supeditadas al sistema
corporativo. Es tal el nivel de disociación que ni
siquiera se dan cuenta del verdadero problema".
"Es
más —relata Sábato— hemos recibido consultas
de organizaciones en la Asociación Psicoanalítica
pero han desestimado nuestra respuesta".
http://www.epconsultores.com
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