En el último
número de Tomar la palabra aventurábamos conjeturas sobre
posibles y múltiples reflexiones a propósito de la expresión
'ciberhermanamiento', propuesta por Álex Fernández
Muerza, en el marco del el grupo de trabajo que abordó el tema
“Periodismo y comunicación digital” durante el 1º Congreso Online del Obsevatorio para la Cibersociedad de Barcelona,
realizado a fines de 2002 con el nombre de CULTURA
& POLÍTICA @ CIBERESPACIO.
A
continuación incluíamos la ponencia presentada por Fernández
Muerza, sobre la cual propondremos hoy algunas reflexiones.
El
concepto de 'ciberhermanamiento'
presupone internautas que contribuyen y ayudan a construir una
comunidad virtual, en la que, lejos de las compañías
multimillonarias de marketing, aprenden y enseñan a
aprender, consolidando esa comunidad virtual de intereses comunes
en forma progresiva.
Según Fernández
Muerza, el ciberhermanamiento centra el protagonismo de Internet
en el internauta, propicia un apoyo mutuo para que el internauta
de las webs que se 'ciberhermanan' aproveche las
sinergias de éstas expresadas en la optimización de servicios y
contenidos para dedicar mayor tiempo al cumplimiento de otros
objetivos superiores.
"El
ciberhermanamiento se basa en la colaboración y no en la
competencia", nos dice Fernández
Muerza. Considera que no es viable, ni casi moral, anteponer lo
comercial exclusivamente a la divulgación del conocimiento
científico-tecnológico. Afirma que se basa "en modelos de empresas sin ánimo
de lucro, cooperativas o modestas fundaciones on-line, adaptadas a la
idiosincrasia del medio, Internet, y a la evolución de los tiempos que
corren. Pero eso sí, sin que el medio de subsistencia se convierta en el
fin último, cayendo en el mismo error que los que buscaron enriquecerse rápidamente
a costa de los internautas."
Creemos
que, para capitalizar la experiencia de las empresas encuadradas
en la economía solidaria, o economía social. e nuestro país y
en el mundo, podemos consignar algunos temas de reflexión.
Más
allá del hecho de que desde la perspectiva de investigación
"los discursos que nos atraviesan",
ciberhermanamiento equivale a 'intercooperación en la web',
conviene apuntar algunas de las causas que motivaron el evidente
deterioro y la cuantiosa merma de las empresas comprendidas en el
sistema de la economía solidaria.
Todos
sabemos que el capitalismo y más aun el postcapitalismo, han
legitimado el egoísmo como una virtud que reivindica y da sostén
a su teoría económica.
En
estas épocas en que la moral se ha vuelto funcional a intereses
específicos, cayó en nuestras manos un libro de Primo Levi (Si
esto es un hombre) en el que analiza y testimonia la zona gris
de la existencia humana. En un fragmento dice:
|
“Es
ingenuo, absurdo e históricamente falso creer que un
sistema infernal, como era el nacionalsocialismo,
convierta en santos a sus víctimas, por el
contrario, las degrada, las asimila a él, y tanto más
cuanto más vulnerables sean ellas, vacías, privadas de
un esqueleto político o moral [...] La condición de
ultrajado no excluye a la de culpable.” |
Levi
llega a la conclusión de que “con el poder pactamos todos”.
Por
su parte, Tzvetan Todorov, en Frente al límite, partiendo
del pensamiento de Levi y de los testimonios de otras víctimas de
los campos de exterminio, elabora un concepto al que llama
cuidado. En un campo de exterminio se vive el máximo posible de
la libertad humana y del dolor de elegir, cada mínima decición
cuenta, de esas
decisiones depende la vida o la muerte. Sin embargo hay momentos
en los que un hombre da su vida por otro, en un mundo como el de
los campos en que se traicionan los principios básicos por el
terror. Cuando un hombre se sube al camión que lleva a su madre a
la cámara de gas, cuando podía haberse quedado trabajando en el
campo...es una entrega que se le impone por un reflejo que supera
el instinto de conservación de la vida. Un reflejo que no es
solidaridad ni sacrificio ni caridad.
Todorov
distingue el cuidado de la solidaridad:
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“
La solidaridad –afirma- se da con los miembros de un
grupo. La solidaridad comprendida como una mutualidad de
ayuda no hace más que extender cualitativamente el
principio de interés personal propio del capitalismo. Es
el nosostrismo del que habla Levi, el egoísmo del
nosotros. [...] El cuidado tampoco es caridad. A
diferencia de la solidaridad, la caridad se ejerce hacia
todos. Difiere del cuidado porque está orientada hacia
todos y no hacia seres particulares. La relación de la
caridad es asimétrica, por eso puede ser humillante para
quien la padece; no está en condiciones de retribuir. El
cuidado del otro permite una reciprocidad aunque medien años,
como en el caso de padres e hijos. El cuidado tampoco se
confunde con el sacrificio, que implica que uno acepta una
privación dolorosa por sentido del deber. El cuidado es
una entrega a otro que también es un darse a sí mismo:
lo que le damos al otro en cuidado es una necesidad propia
que también satisfacemos. El sacrificio glorifica la
muerte; el cuidado no tiene más sentido que en la
vida.” |
En la Argentina, nuestro desdichado
país, donde la ceguera dogmática o ignorante, arribista o
despectiva, linda con el terror intelectual, las técnicas de
humillación y animalización y la saturación informativa de
hechos fragmentados que sólo apunta a instaurar el olvido...
Situación ésta a la que no escapan las empresas de la economía
solidaria... ¿cómo
se recicla el poder desaparecedor?... ¿cómo se constituye hoy la
solidaridad?
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