El diario Comercio y Justicia
es lo que indica su nombre. Durante 60 años representó en
Córdoba un influyente medio de información sobre temas
económicos y jurídicos muy al estilo de una provincia
considerada "la docta". Pero en la Argentina ya se
sabe que los laureles son cualquier cosa menos eternos.
El diario, como tantos otros,
fue familiar hasta que los Eguía lo vendieron en medio de
la vorágine concentradora y de alucinada adquisición de
medios durante la década menemista y su apéndice delarruísta.
Lo compró un grupo cordobés en 1996, que a su vez lo
revendió al grupo brasileño que edita la Gazeta Mercantil,
de San Pablo. Cada tramo de esta secuencia dejaba atrás a
gente enriquecida, aunque no precisamente a los
trabajadores, ni a la propia empresa.
A fines del 2001 los brasileños
ya habían logrado un récord de management administrativo:
le debían cinco meses de sueldos a los trabajadores, más
los aguinaldos, en un proceso de caída difícil de
entender. Y ya se sabe que cuando algo en la economía no se
entiende, la explicación suele estar en una palabra que
alguna vez fue higiénica: lavado. "Ha habido muchos
casos de empresas fundidas en situaciones muy similares,
como pasó con todas las del Exxel Group" dice Javier
De Pascuale, director del diario y presidente de la
Cooperativa de Trabajo La Prensa.
Con la invención del llamado
corralito, en diciembre de 2001, la hecatombe del diario fue
absoluta. Uno de los ejecutivos brasileños les anunció a
los trabajadores lo siguiente: "La existencia del
diario no tiene sentido". En esos días hubo una
audiencia en el ministerio de Trabajo cordobés, y los
brasileños llegaron a ese diciembre argentino donde -en el
caso de Córdoba- la intendencia estaba incendiándose,
literalmente, en pleno conflicto con los municipales,
mientras los trabajadores de Comercio y Justicia se
manifestaban en la calle con música de bombas de estruendo.
Los brasileños informaron a las autoridades que simplemente
abandonaban el país. "En cualquier país normal
hubieran teminado presos, por esa sola declaración ante el
Ministro de Trabajo. Pero aquí no pasó nada" narra De
Pascuale. Los trabajadores habían transitado todas las
formas de negociación y conflicto gremial. Las asambleas se
transformaron en paros parciales, hasta que llegaron al paro
definitivo.
La existencia del diario no
parecía tener sentido, les habían dicho. Fue allí que
decidieron que tenía algún sentido formar una cooperativa
de trabajo.
En medio de esta situación
apareció en escena Daniel Hadad con Sergio Spolski,
propietarios de un impreso llamado InfoBae. En Córdoba
dicho producto no tiene venta alguna, y querían insertarlo
en Comercio y Justicia, donde dejarían a la mitad de los
trabajadores ganando la mitad de los salarios. La propuesta
no resultó precisamente seductora. De Pascuale: "La
palabra negreros se podía aplicar no sólo a los brasileños".
Javier cuenta, además, que
todo esto venía dándose en medio de un proceso de
concentración de medios que en el caso cordobés dejó al
Canal 12 y al diario La Voz del Interior en manos del Grupo
Clarín, a través de la asociación de este con el diario
La Nación en la empresa CIMECO.
Ya en el 2002 el conflicto en
Comercio y Justicia continuó hasta que a fuerza de tozudez,
la cooperativa logró que la justicia le permitiese hacerse
cargo de la edición del periódico, pagando un alquiler
mensual de 2.500 pesos. En junio ingresaron a una planta que
había sido desmantelada. El panorama: "No estaban los
servidores de computación, faltaban piezas de la rotativa,
no había teléfono, electricidad ni agua. La antena de la
agencia Telam tiene un decodificador. Se lo habían llevado.
Todo esto era para inutilizar el diario" cuenta De
Pascuale.
Empezaron cosa por cosa.
"El teléfono tuvimos que ir a pedirlo a Telecom,
porque estamos en manos de un monopolio. No querían
devolvernos la línea si no se pagaba la deuda anterior.
Explicamos que esa deuda no era nuestra, que la línea era
para una cooperativa. Nos decían que no, que el domicilio
era el mismo. Así con todo".
Así, con todo, lograron que
los servicios fueran reinstalándose, en algunos casos
contra el pago anticipado de los mismos. ¿Cómo hicieron?
Encontraron en la planta toneladas de diarios viejos,
rezagos, papel y planchas de aluminio utilizadas para la
impresión. De allí obtuvieron también lo mínimo para
comprar bobinas de papel. "Pero ahí también nos
encontramos con un monopolio y tuvimos que salir a mercado
negro". Para que se tenga una noción, tuvieron que
pagar más del doble de lo que están pagando hoy en día
por las bobinas. Pudieron comprar papel apenas para tres o
cuatro ediciones.
En la redacción, al no poder
trabajar en red, cada material se grababa en un disquete que
se llevaba al editor que trabajaba sobre el disquete, que
luego se llevaba a impresión. Periodismo de hormiga. También
había sido desvalijado todo el archivo fotográfico.
Bajaron fotos de Internet.
Todo esto con la
incertidumbre de no saber cuál sería el desenlace de la
aventura, sin un solo aviso publicitario privado y en medio
del silencio al que los sometió el periodismo que jamás
publicó nada sobre la situación. "Solamente saludaron
la salida del diario cuando volvimos a estar en la
calle".
Fue el 20 de junio del 2002.
En un mes recuperaron a 1.500 de los 3.600 suscriptores.
"Además, no salimos a reventar publicidad, a venderla
por dos pesos. Mantuvimos un nivel alto de precio, y
apostamos a imponer el producto. Como lo logramos, la
publicidad empezó a venir".
Además de pagar los
servicios, el papel y el alquiler, en agosto del 2002 los
trabajadores pudieron tener sus primeros ingresos: 200 pesos
cada uno, para los 50 integrantes de la cooperativa. Luego
subieron a 480 y luego a 600, mientras lograron -con la
misma tenacidad inoxidable- regatear el precio del alquiler
llevándolo a 1.000 pesos mensuales. Y decidieron, además,
ir ahorrando, capitalizándose (aún a costa de resignar
ingresos) para estar mejor cubiertos en el futuro.
Todo puede empeorar. Durante
15 meses la cooperativa trabajó con serenidad, hasta que
recibieron la noticia de que la jueza Beatriz Mansilla de
Mosquera había decidido llamar a licitación para la venta
del diario, tema que llevó a la veloz reaparición de Hadad
y los suyos, además del Grupo Clarín y el Grupo Vila (que
cuenta al inolvidable José Luis Manzano como lobbysta
principal y que se ha quedado con diarios y canales de
Mendoza y Rosario, en un plan expansivo que muchas veces va
contra la lógica económica).
Informa Javier: "Se
vinieron al humo, para aprovechar la venta de un medio a
precio bajo. Pero que había sido puesto en marcha por los
trabajadores. La única ventaja que teníamos era la
posibilidad de igualar la mejor oferta. La base era
1.120.000. Si cualquiera de ellos ofrecía 2 millones podíamos
igualar esa oferta y tener prioridad".
Ocurre que generalmente las
cooperativas de trabajadores no tienen el mismo capital que
los grandes grupos económicos, así que esta saga parecía
destinada a un clásico final infeliz.
"Pero empezamos un arduo
trabajo jurídico en el que tuvo mucho que ver el doctor
Luis Caro para dar vuelta la decisión judicial" cuenta
De Pascuale. Caro es el presidente del Movimiento Nacional
de Fábricas Recuperadas. La situación en este caso era
totalmente novedosa y distinta, ya que la licitación estaba
decidida.
El testimonio de Caro:
-Presentamos un pedido a la
jueza con una oferta de compra directa. La Ley de Quiebras
dice que tiene que haber una licitación. Y se ofreció como
parte de pago la compensación de los créditos laborales.
Lo que se le debía a los trabajadores. Estas son las cosas
que estamos pidiendo justamente en la reforma a la Ley de
Quiebras.
-Pero esa reforma no se ha
producido. ¿Cómo fue que la jueza cambió de opinión?
-Yo le presenté un escrito
hablando de la equidad. El juez no es el repetidor de la
norma. Y el legislador legisla en general, sin tener en
cuenta los casos particulares. Entonces le planteamos que si
aplicaba la letra de la ley iba a ser injusta. Porque el
esfuerzo fue realizado por los trabajadores, ellos
recuperaron el diario, y son los que tendrían que tener la
posibilidad de seguir adelante. Ella misma me dio la razón.
Conicidió en que sería injusta y aceptó la venta directa
a los trabajadores por el precio de la tasación. Además lo
que se está buscando con esto es recuperar fuentes de
trabajo, a través de cooperativas. Mucha gente decía que
sería imposible que cambiara de opinión, pero al final nos
dio la razón. Este fallo es enorme, porque no hace falta la
expropiación, y abre jurisprudencia para que otros casos se
resuelvan de este modo.
Caro relata que además la
legislatura cordobesa, encabezada actualmente por el
cavallista Juan Schiaretti, estaba en contra de la
expropiación por lo cual este camino era el único posible
y, de paso, en el primero de este tipo. "Por eso le
dije a la jueza que estamos haciendo los futuros pasos de la
futura legislación".
Javier De Pascuale agrega su
análisis más periodístico: "La Ley de Quiebras tuvo
una reforma el año pasado, donde se plantea que una
cooperativa puede continuar una empresa en quiebra. Pero no
dice cómo sigue la cosa si se vende la empresa. Entonces el
razonamiento de la empresa es que esa continuidad resulta
una trampa y un engaño a los trabajadores. Vos continuás
la empresa, la levantás, creás valor agregado, pero al
final se la queda otro porque se pone en venta para todo el
mundo, y los trabajadores no pueden competir en oferta con
el gran capital".
Conclusión obvia: esa ley es
injusta. Injusticia infinita, dice Javier.
"Pero la jueza usa
argumentos de la Corte, donde se dice que el juez tiene que
aplicar la ley, pero bajo un criterio de justicia. No es un
funcionario que aplica la ley. Es un magistrado que aplica
justicia. Ahí la jueza dice que su obligación es ser justa
y equitativa, y que con ese criterio corresponde suspender
la licitación y venderle la empresa directamente a los
trabajadores" sintetiza De Pascuale.
El director de Comercio y
Justicia considera que si en el país ha habido leyes de
emergencia que permitieron que se le robasen los ahorros de
los clientes de los bancos, o que permitieron (en el caso de
la ley 25563) la doble indemnización para evitar un
desempleo más catastrófico todavía, o que han servido
como paraguas para toda clase de cosas -justas o injustas-
es lógico pensar que la misma emergencia puede permitir
anular procesos licitatorios que -para colmo- son
manifiestamente injustos.
"La Ley de Quiebras es
de lo peor, pero más allá de eso, hoy en día parece una
ley para otro país" dice Javier. La jueza decidió no
ejercer la obediencia debida respecto de tal engendro.
La venta se concretará en
1.120.000 pesos. Más de 400.000 son compensación de créditos
laborales: las indemnizaciones y salarios adeudados a los
trabajadores. Dice Caro: "Ese monto es casi imposible
de conseguir para los trabajadores por otras vías". Si
alguna vez los legisladores nacionales deciden también
entrar por la variante de actuar con justicia y cambiar la
Ley de Quiebras, deberían tener en cuenta esta situación
de permitir la compensación de los créditos.
Otro tramo del pago ya se
hizo en efectivo, con 200.000 pesos que la cooperativa había
venido ahorrando. Otro tramo consiste en adelantos de pautas
publicitarias del gobierno cordobés y el resto es un crédito
privado. "Pero no de un banco -dice Javier- porque los
bancos no prestan nada a nadie. Es de un grupo de compañeros
de la cooperativa que le prestan a la propia cooperativa
pero saben que se va a devolver y es una manera de apoyar la
propia fuente de trabajo".
¿Y la parte periodística?
De Pascuale sostiene que nunca dejaron de percibir quiénes
son los lectores naturales del diario: profesionales,
empresarios, abogados. "Como línea lo que rescatamos
es una visión del diario de muchas décadas, de defender a
la economía real, a la pequeña y mediana empresa, y a las
que surgen como alternativas a la crisis. Salidas
asociativas de productores, cooperativas y todo lo
imaginativo con o sin apoyo del Estado. Eso lo reflejamos en
la parte de negocios del diario".
Antes del cierre, en tiempos
de De la Rúa, el jefe de redacción era un cavallista. El
principal columnista económico también (pertenecía a la
Fundación Mediterránea). Ahora el columnista económico
pertenece al grupo que ideó el Plan Fénix, una idea de
capitalismo alternativo al neoliberalismo, con acento en la
producción nacional, el achicamiento de las desigualdades y
la redistibución de la riqueza.
¿Y en la parte referida al
Derecho? "Ahí reflejamos las nuevas líneas de
pensamiento referidas a las garantías constitucionales y la
defensa de los derechos civiles de los grupos sociales. Esto
no tiene mucha recepción en la Corte Suprema, pero sí en
los tribunales. El mundo avanza hacia la protección de las
libertades, pero acá hay fallos de la Corte que estipulan
hasta cómo escribir una nota y cómo usar los verbos en
potencial". También tiene secciones y notas dedicadas
a las legislaciones y normas más avanzadas referidas a las
minorías sexuales, raciales y étnicas.
Comercio y Justicia, ya en
manos de la cooperativa, funciona al revés que muchas
empresas periodísticas que parecen creer que abaratando los
productos, esforzándose en ser mediocres y en hacer
ajustes, ganan más. Dice Javier: "Es que el estado de
la prensa en la Argentina es deplorable. Viendo la película
completa te encontrás con la concentración de los medios
en los '90, después se les acaba la plata dulce y empiezan
con los ajustes. Ahí el del diario trabaja también para la
radio y para el canal. Se reducen las redacciones, y la
calidad. La prensa que primero fue concentrada, después fue
ajustada, y ahora es una prensa berreta". Javier no
desea ser excesivo ni mal educado, pero reconoce que el
espectáculo periodístico por momentos lo asquea.
"Nosotros tuvimos que
hacer un razonamiento al revés. Si alguien pone un diario
llama a 4 ó 5 periodistas bien pagos, 15 chicos por
monedas, y a otra cosa. Nosotros tuvimos que pensar cómo
darle trabajo a la mayor cantidad posible de gente. El
diario no podía funcionar con 100 personas, por ejemplo.
Llegamos a la conclusión de que el número ideal era 50. ¿Podían
ser menos? Sí. ¿Saldría bien? No. Además, queríamos que
el trabajo fuese en un ambiente que sería lindo que los
periodistas conozcan: nada que ver con otras redacciones.
Otro estilo, otro trato, otra humanidad".
Habrá que notar que el señor
De Pascuale no se refiere a una cuestión poética o filantrópica,
sino al muchas veces olvidado asunto de la convivencia en términos
razonables. Relaciones diferentes. "Es que somos todos
dueños del diario. Cambia la lógica del trabajo, y todos
ponen lo mejor de sí. Hubo un fuerte impulso para
incrementar la calidad del producto en los últimos meses, y
estamos empezando a recoger los frutos, mientras otros
diarios se están cerrando o están dejando de ser
percibidos como medios importantes, prestigiosos o creíbles".
Según los datos disponibles,
los brasileños estaban equivocados.
La existencia del diario
tiene sentido. El lunes 1º de septiembre al mediodía se
firmará el contrato y la cooperativa será definitivamente
dueña de la empresa. Habrá una fiesta de reinauguración
en fecha aún no estipulada. Tal vez convenga dejar
registrada, además, la recuperación para el diccionario de
palabras que hace años parecían secuestradas: trabajo,
comercio y justicia, por nombrar sólo algunas de las que
tejieron esta historia.
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