Noticias desde Madrid

por Zulema González*

Hermann Broch

Editorial Losada, desde hace poco más de un año establecida en Madrid, continúa en la línea de publicaciones a la que tenía acostumbrados a sus lectores porteños: la de la calidad. Lleva por ahora un ritmo lento, tal vez provocado por la velada recesión económica que atraviesa toda Europa. Pero valga lo poco por lo bueno. En este ardiente verano acaba de sacar al mercado un texto de difícil factura pero de inolvidable experiencia si se lee hasta el final: la Autobiografía psíquica de Hermann Broch (1889-1951). El autor es uno de los pilares de la literatura germana del siglo XX. En 1945 el mundo de las letras recibía maravillado su obra más famosa, La muerte de Virgilio, una reflexión sobre la obra de arte y el poder. Pensada en la cárcel de Alt-Ausse, donde había sido detenido por la Gestapo, este estudioso de la filosofía, las matemáticas y la psicología convierte la agonía del poeta latino en un torrente de metáforas en las que la figura del emperador Augusto representa la barbarie nazi.

Con la misma frialdad, falta de compasión y objetividad escruta en su propio interior en esta Autobiografía que reseñamos. El comienzo es de lo más ilustrativo: “Mi vida está acompañada y cargada de constantes conflictos morales. Un sentimiento sencillo y humano de felicidad me resulta casi desconocido...”. Los dos problemas que más lo acuciaron a lo largo de su vida fueron su relación con las mujeres un afán por lograr una obra profunda, de raigambre intelectual. La versión ha sido traducida brillantemente por Miguel Sáenz, traductor por excelencia de otro “torturado” de expresión alemana: Thomas Bernhard.

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* Nuestra corresponsal en España