Imagínese
por un momento que usted llega hoy a su oficina y por alguna razón
inexplicable todo ha cambiado: Su oficina no es la misma de ayer
y, para completar el asunto, sus empleados hablan en una lengua
extraña que usted no entiende por lo que nadie es capaz de
informarle lo qué está sucediendo. ¿Cómo se sentiría si las
reglas del juego cambiaran sin que nadie le preguntara su opinión?.
El
siglo XX fue solo una muestra de los cambios que están por venir
– y los que están ya aquí- en el siglo XXI. Hemos sido
testigos de transformaciones impresionantes en la forma de vida
del ser humano, en su forma de pensar, de actuar, de trabajar,
etc. En menos de cien años, la concepción de la riqueza transmutó
de la acumulación de tierras a la creación de fábricas e
industrias enormes, para llegar a lo que hoy conocemos como “La
era de la información”.
La
información es hoy por hoy la base éxito de las organizaciones.
En otras palabras: Hoy en día, quién posee la información, es
dueño del mundo. Pero, ¿realmente quiénes tienen acceso a la
información?. El nacimiento de Internet a finales del siglo
pasado dio un giro tremendo a la forma en que la información
fluye.
Para
mantenerme informado, solo tengo que encender mi computadora y
leer los diarios del mundo sin necesidad de moverme de la
comodidad de mi casa u oficina. Recibo correos electrónicos de
mis amigos en otros países y me entero de sucesos en Japón o
Nueva York en el mismo momento que están pasando.
Sin
embargo, son pocos quienes como usted, que lee este artículo a
través de Internet, y yo, pueden acceder a toda esta información.
En Latinoamérica, es aún demasiado bajo el porcentaje de
personas que tiene acceso a una computadora, imagine usted cuanta
gente tendrá acceso a Internet en países aún más pobres que
los nuestros.
Uno
de los objetivos principales de los medios de comunicación e
información es unir, crear lazos por medio del intercambio de
palabras, símbolos e ideas. Aún así, dependerá de nosotros el
cumplimiento de este objetivo.
Por
lo mismo, no es raro escuchar críticas como que “la televisión
desune a las familias” o que Internet “produce individuos
solitarios y autómatas”. Nada más errado. En todo caso, es
nuestra responsabilidad el uso que hacemos de estos medios y de la
información que por medio de éstos recibimos. Un solitario,
seguirá siendo un solitario con o sin una computadora, la gran
diferencia es que el Internet lo convierte en un solitario
eficiente. (Casares, P. 2001)
La transformanción
La
información y la comunicación ágil y veloz de nuestros días,
nos ha llevado a un proceso de globalización en el que el mundo
está ya inmerso. El papel que juega la información en este
proceso es decisivo.
No
es de extrañarse que personas de varias partes del mundo generen
movimientos globalifóbicos basados en la ignorancia y el miedo.
El problema no consiste en el proceso de la globalización, el
problema está basado en la forma en que los países latinos han
entrado al proceso con herramientas aún poco confiables y con una
pobre capacidad de informar al público en general.
Ante
la imposibilidad de comunicar, ya que el hecho mismo de no
informar comunica algo, las organizaciones que deseen perdurar
deben procurar mantener bien informados a sus colaboradores de los
cambios que, aunque la misma organización no comunique, son
visibles.
A
mi modo de ver, son cinco los factores principales que permitirán
a las organizaciones mantenerse fuertes en el mundo competitivo y
globalizado:
•
Comunicación: Lo
necesario, lo urgente y lo inaplazable, es crear canales de
comunicación efectivos en las organizaciones que permitan a todos
los miembros de la organización incluirse en el proceso de
cambio. Sin embargo, no basta con comunicar solamente, es
necesario comunicar bien. Hoy en día existen muchas formas de
hacerlo adecuadamente y que pueden ser muy económicas. Tal es el
caso de los mensajeros instantáneos como ICQ, Yahoo Messenger,
entre otros, o el uso de Intranet o boletines informativos por
correo electrónico. De esta manera, el éxito de cualquier
organización es directamente proporcional a la calidad de la
comunicación e interacción de las partes que la conforman y no a
éxitos y logros aislados en sus áreas.
•
Participación y responsabilidad: Es necesario que todos los miembros se sientan responsables
por el futuro de su organización, que sean conscientes de cómo
influye su trabajo, por simple que este pueda parecer, en el
proceso de crecimiento y mantenimiento de su empresa.
•
Sentido de pertenencia y unidad: Para que un colaborador se sienta responsable de su organización debe
sentirse también parte de ella, debe saber que la organización
también le pertenece y que si ésta pierde, él también.
•
Valores y cultura organizacional: Una cultura organizacional firme y bien establecida, es una
garantía de que la empresa, como un grupo identificado con unos
valores personales y organizacionales y convencida de su papel
activo en el proceso de crecimiento del país, triunfe ante cada
situación que se imponga.
•
Apertura a la transformación: La organización deberá estar dispuesta a abrirse al proceso de
transformación que conlleva una entrada exitosa al mundo
globalizado y competitivo. Sin importar si se trata de una empresa
japonesa, mexicana o norteamericana, todas, sin excepción, deben
abrirse a las necesidades y exigencias de un mundo global y
multicultural.
“El
nuevo entorno globalizado y competitivo nos obliga a enfrentarlo
con una gran dosis de creatividad e innovación con capacidad de
adaptación y defensa de la propia identidad, así como la
utilización de la capacidad de pensar y discernir y de colaborar
con posturas heterogéneas y ajenas a la propia cultura…”
(Casares 1999)
El
futuro ha llegado, es momento de construir organizaciones sólidas,
competitivas, productivas y rentables que tengan como meta el
desarrollo de nuestros países y cuyo fin principal sea el
desarrollo integral del ser humano, transformando así nuestra
sociedad actual, en una más humana y civilizada.
Gentileza:
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