DOS FLORES

por Silvana Boggiano*

Dos flores. Cinco mariposas y un mismo deseo.
Hay un ritmo en esas flores. Es un ritmo a marimonias y jazmines.
Es un bongó-camelia, pétalos-percusión con cinco mariposas-viento.
Tambores-mariposas, viene de otros tiempos a decirme que baile.
Y son tres flores entonces. Son cuatro deseos que danzan, son cinco mariposas que mueven sus caderas.
Bongó-caderas. Caderas-cadenas, bronceadas, mulatas.
Cadenas en la cintura, cadenas doradas que enrollan tobillos bronceados. Lenguas bronceadas, bongó-bronceado.
Baile bronceado que viene de otros tiempos, erotismo de sol y mar y arena blanca con ojos negros y verdes y amarillos y azules y dorados y turquesas. Beso de lengua dorada. Lengua bronceada. Saliva bronceada. Saliva bronceada y vino blanco. Sexo-espuma. Burbujas en la lengua-cadena-tobillo-caderas.
Y son seis flores y siete deseos. Siete.

Así. Saltan por encima del cuerpo amulatado, y las manos-bongó deciden y abruman las miradas negras y verdes y mar y arena blanca. Las miradas que fracturan son siete lenguas bronceadas que pulverizan. Y hay un volcán-arena salada que se derrite y vuelve a endurecerse. Dureza-bronce y plata. Y hay palabras amulatadas que se mueven con las caderas y el ombligo bronceado.
Y son dos flores-camelia-jazmín y tres o cuatro marimonias y cinco mariposas-viento, que levantan lava y polvareda. Y te venís a descansar justo en mi orilla bruñida-amulatada, y los surcos que dejo en las sábanas tiñe todo de bronce y plata, y los surcos que dejás en mi espalda tiñen todo de verde-mar-arena blanca. Y el erotismo-bongó me llena de bailes ya olvidados.

Y son seis y luego siete deseos. Siete.

Así. Movimiento suave y certero, aliento-marimonia-sol y mar y arena blanca.

Así. Suave y certera, la cadera izquierda, y la derecha también.

Así. Siete veces-viento.

Siete.

* Escritora argentina