Noticias
desde Madrid:
Rafael
Cansinos Assens, por Zulema González

Borges lo consideró su maestro y lo expresó haciendo hincapié
en la “intransferible convicción de
que era genial”. La afirmación está dirigida a Rafael
Cansinos Assens (1882-1964). A su alrededor pululaban todos los jóvenes
con vocación poética de los años veinte, incluidos Guillermo de
Torre y Ramón Gómez de la Serna. Todos trabajaban entusiásticamente
en la revista ultraísta más revolucionaria de la época: Grecia,
editada en la Sevilla natal de Cansinos, en la que hasta Nora
Borges colaboraba con originales ilustraciones. Al mismo tiempo,
nuestro autor publicaba artículos de crítica literaria en Vida
Nueva. También ejercía la tarea de la traducción, ejercicio
intelectual para el que estaba especialmente dotado: según decía
podía saludar a las estrellas en catorce lenguas entre clásicas
y modernas, actividad que lo salvaría del hambre cuando su nombre
fue silenciado a partir de 1940. El ostracismo comenzó gracias al
informe de un falangista que concluía así “siendo de vida
bastante rara”, del año 1940. Meses después se le hacía saber
que “quedaba invalidado para ejercer la profesión de
periodista”, y aunque se manifestaba desconocer su pertenencia a
partido político o sindicato alguno, la razón esgrimida fue la
de “periodista y escritor judío, habiendo escrito varios libros
y folletos en defensa del judaísmo”.
A partir de entonces publicó breves fragmentos de sus memorias y
algún que otro artículo, esto fue posible gracias a que la
dictadura no lo “molestó más”, aunque ya entrados los
cincuenta todavía recibía llamadas telefónicas que lo
amenazaban con la muerte. Cansinos se vestía con sus mejores
galas y sentado en el vestíbulo de su casa esperaba que los
esbirros del franquismo lo fueran a buscar, cosa que, por cierto,
no sucedió nunca. Desde el fatídico 1939 no volvió a salir a la
calle de día. Lo hacía al anochecer, caminando pegado a las
paredes de las casas, para acudir a la tertulia literaria.
Todos estos recuerdos vienen a cuento de la publicación de una
antología poética preparada por Carlos Eugenio López, quien
eligió el título de un poema en ella contenido para nombrar a
toda la selección: La rueda del destino y otros poemas (editorial
Ardora, Madrid, 2003). Los poemas, cuarenta y siete exactamente,
fueron escritos entre los años treinta y sesenta y son, por
supuesto, inéditos.
El estilo es indistintamente modernista y posmodernista y la métrica
utilizada es de redondillas, romances, sextinas, sonetos. Es una
buena oportunidad para reencontrarse con el hombre de “vida
bastante rara”.
¿Te
gustaría hacer algún comentario sobre este artículo?
|